El maestro y doctor en Psicopedagogía es director de la Escuela de Adultos en el municipio desde hace 9 años.

Francisco Ramón Ballesteros Rueda, 51 años, se crió en Albolote. Deportista e inquieto, jugó al fútbol en el equipo de su localidad hasta enamorarse del alpinismo, su gran pasión.

“Mi padre me transmitió el amor por la montaña, que ha continuado mi hija, campeona de Andalucía de escalada”.

Ramón ha subido al pico Espejo en los Andes, de más de 5.000 metros, ha culminado las principales cumbres de Sierra Nevada, y sueña con alcanzar la cima del monte Cervino en los Alpes italianos como proyecto más próximo.

Licenciado en Magisterio, Educación Física y doctor en Psicopedagogía por la Universidad de Granada, obtuvo plaza como maestro a los 26 años. Desde entonces ha pasado por Freila, Aldeire, la comarca almeriense del Mármol, Alhama de Granada e Iznalloz antes de asentarse en Churriana como director de la Escuela de Adultos, que imparte sus clases en el Centro Municipal de Cultura.

Ramón destaca lo gratificante de la enseñanza para adultos, junto a los que realiza un viaje cada año a final de curso. “Son alumnos muy agradecidos, con quienes es muy fácil entenderse, es un reto lograr motivarles y sacar lo mejor de cada uno”, comenta. Confiesa que su trabajo es absolutamente vocacional.

“Cada estudiante requiere una atención distinta, algunos vienen con problemas sociales, otros dejaron de estudiar hace décadas, incluso el juez Calatayud nos manda alumnos para que reciban una mínima formación”.

No ha dejado de aprender y profundizar en cómo mejorar la enseñanza. “Realicé mi tesis doctoral sobre una técnica de estudio que emplea métodos de estimulación del cerebro similares a los ciclos entrenamiento en el deporte con excelentes resultados”, nos cuenta Ramón. Nuestro protagonista aspira a ser docente en la enseñanza superior y continuar la investigación en este ámbito de la psicopedagogía, que ya desarrolla en un proyecto universitario a partir de la técnica de estudio creada por él mismo.

Actualmente, la Escuela de Adultos de Churriana forma a 40 alumnos divididos en dos grupos. Además, cuenta con un grupo de formación básica y clases de inglés de distintos niveles en colaboración con la Escuela Oficial de Idiomas. En el Centro Municipal de Cultura se preparan exámenes de acceso a grado superior y se enseña español para inmigrantes. Incluso la inquietud de su director le ha llevado a crear para este curso un grupo de mindfulness.

Volcado en su familia, disfruta viendo crecer a sus dos hijas y pasando tiempo con su madre. Ramón vive la enseñanza aún más intensamente ya que su mujer, Encarni, también ejerce como maestra en Huétor Tájar.

Ramón ha vivido muy involucrado en proyectos sociales desde su juventud, llegando a ser misionero seglar en países como Guinea Ecuatorial o Venezuela. Comenzó su carrera profesional como maestro de religión en Albolote a los 20 años, antes de obtener su plaza. Desde entonces, ha perseguido su deseo de mejorar como persona al servicio de los demás, objetivo que ha conseguido con creces. En Churriana de la Vega, su destino profesional desde hace 9 años, se siente “como en casa”.